martes, 29 de junio de 2010

LIBROS

Empacar y desempacar libros, tus libros, es dar un repaso a tus diferentes etapas.

Los libros hablan de nuestro camino. Y de nuestras caras.

En mi caso, mi tesoro más grande, mi herencia para Daniel, son mis libros. Miles, o menos. O más, quien sabe.

MIs libros más viejos, son los de mi époa radical, donde el Che permeaba el pensamiento, Carlos Castañeda preparaba las pócimas mágicas y Bukowsky vomitaba sobre la cama el poema matutino.

Soy hijo del desenfreno, y la revolución de la conciencia.

William Blake fue el que me voló la cabeza a los 17 años con las bodas del cielo y el infierno. Neruda le puso palabras correctas a la rebeldía política. Y Regina, de Antonio Velasco Piña, me conectó al México profundo, donde la espiritualidad es la realidad.

Muy importante, la etapa erótica, donde la colección española sonrisa vertical pintó de rosa, y encaje, todo tipo de fantasías sexuales. De estos tiempos surgieron los libros Erotisa I y 2, de fotos y poemas que Tisa y yo publicamos. De colección, actualmente.

Y de culto, todavía, para nosotros.

Entre mis libros domina la editorial anagrama, española también, en cuanto a novelas y cuentos. Me gusta su estética y su contenido.

La belleza no está peleada con la verdad. Ni el amor con la paz.

Jaime Sabines es el poeta mayor del amor y sus cotidianidades. Coartazar, es el cuento perfecto. Y Paz y Borges, dos enormes referencias de la psicodelia poética.

Los libros son la ropa de la Casa del Árbol.

Está hecha para vestirlos. Y embellecerlos. En sus paredes igual lucen bien los clásicos, Savater, como los contemporáneos, Xavier Velaso. El Quijote de Cervantes le hace compañía a los libros de Osho. Nietzche desayuna con Kryon un té verde mariguana, como diría Sabina. Y todo se sincroniza, nada pelea.

El amor une, no divide.

Por ello, la casa prefiere los poemas a los dramas. Y le cree más a Jodorowsky que a Truman Capote, por ejemplo. O a Tom Wolfe. O a Aguilar Camín. O a Monsivais.

La Casa del Árbol es artista, no intelectual. Es pura, no purista.

Los libros hablan de uno, más que de sí mismos.

Santiago Pando

www.creerescrear.com

1 comentario:

  1. Los libros han sido mis aliados durante unos años de una gran transformación interior, en los que la biblioterapia ha sido una pieza fundamental. Gracias a ellos y a mi deseo de evolucionar, he podido percibir la vida desde una perspectiva más esperanzadora y transmitirlo ahora con mis palabras en mis propios libros.

    Los libros deben ser útiles y conducir a la vida, escribió Hesse.

    Gracias por informarnos del blog desde Twitter.

    Un abrazo

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