Dice el papa Benedicto XVI que el perdón no reemplaza la justicia. La iglesia, dijo, debe admitir la aterradora verdad de que su mayor amenaza proviene del pecado dentro de la iglesia; hay una necesidad profunda de reconocer que debe hacer penitenia por sus pecados, y aceptar la purificación. Hoy vemos de una manera terrible que la gran persecución de la iglesia no viene de sus enemigos de afuera sino que nace del pecado dentro de la iglesia.
Estamos viviendo el salón de los espejos que anunciaron los mayas. Es cuando la mentira se enfrenta a sí misma, y el espejo falso de la ilusión se rompe.
Son los tiempos en que todos los sistemas de control basados en el miedo se derrumban. La luz pública provoca su implosión.
El miedo no es el camino al reino del amor. Diría Jesús.
Todo lo que no es dejará de ser. Las mentiras se desnudan de verdad. La doble moral paga caro sus oscuras y largas sotanas. Es el juicio final para aquellos que han juzgado a diestra y siniestra.
La luz del amor no oculta los secretos de confesión. Justicia divina.
@SantiagoPando
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la institucionalización de dios (o como se prefiera llamarle) ha dado cómo resultado un serpiente que se devora a sí misma. Las mayores verdades son las mas simples, es por eso que en este mundo de explicaciones complejas nos produce tanto asombro y escepticismo las sencillas y profundas verdades de grupos a quiénes nos han enseñado; y hemos aprendido, a considerar subdesarrollados, primitivos, arcaicos o antiguos.
ResponderEliminarLa verdad no tiene edad (pero si tiempo, es decir ahora) la verdad no tiene denominación de origen, no es propiedad exclusiva de alguien, la verdad es tan mía como tuya y cuando pienso en ello me alegra tener algo tan esencial en común con todos y con todo.
AVE SANTIAGO!